lunes, 20 de diciembre de 2010

Parece un mensaje claro.

Roberto abre su libro y retoma la lectura. Vuelve sobre la última frase leída: «Si puedo decir a otra persona "Te amo", debo estar en condiciones de decir "amo a todo el mundo en ti, amo al mundo a través de ti, en ti también me amo a mí mismo".» Lo que le parece un mensaje claro.
[...]
Se echan a reír y vuelven a los libros respectivos, cómplices y cercanos. Después, Roberto alarga un pie y lo apoya sobre el de ella. Quiere sentirla. Quiere sentir su calor. Y, sobre todo, no quiere perderla, en nombre de ese verbo conjugado en tres tiempos.

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