martes, 19 de julio de 2011

Realmente, no le hace falta un título.



Sabes pequeña, yo también tengo miedo a veces.
También me aterra pasar el resto de mi vida ligado a una persona. Me marea pensar en despertar todas las mañanas con una misma sonrisa, pero estoy dispuesto a renunciar a que haya variedad en mi cama si me desvela el roce de esa mejilla, tú mejilla.

Yo también quiero viajar, contigo, sin ti. Volver y contarme millones de anécdotas y decirte que quiero volver allí contigo, pero también crear millones de momentos juntos y contárselo a nuestros amigos un viernes por la noche o a nuestros hijos si algún día los tenemos.
Pequeña quiero que sepas que me encanta mi independencia, y posiblemente no podría vivir sin ella, pero no lo hace tan bien como tú. No tiene esa mirada y esas maneras que le provocarían un conflicto interior a cualquiera.

Me encantas, sí, lo confieso, me vuelves loco del todo. De hecho te comería, para ser el único en saborerte, para disfrutar solo de ti, única y exclusivamente. Pero creo que sería demasiado cruel para el mundo privar a los mortales de algo tan maravilloso.


Quiero que sepas que sí puedo vivir sin ti, pero no quiero, no me apetece, me quedé sin ganas de seguir solo.
Podría seguir sin ti, y si en algún momento dejas de quererme no temas en marcharte podré aceptarlo, no quiero que pienses que dependo de ti.
De lo único que tengo miedo es de no darme cuenta que has dejado de hacerlo, no quiero autoengañarme. Así que por favor no me mientas, ni en esto ni en nada. Siempre has sido muy sincera y eso es algo que también me encanta.

Otra cosa que me gustaría que supieras antes de acabar,me encantaría ir a un bar que estuvieses en la barra y hacer como si no nos conociéramos de nada, empezar hablar y acabar haciendo el amor en el baño.
Pero sobre todo quería decirte que no tienes que sentirte culpable por ser humana, que inseguridades y dudas tenemos todos, y yo también. Y es en ese momento que recuerdo el tacto de tus manos y se despejan todas las ideas,las oscuridades, las dudas...
Porque de verdad que sin esas manos, sin ellas, de verdad que no podría vivir.

Y por último, y posiblemente lo más importante. Te quiero pequeña. Lo haré mientras sega respirando. Y como humano intentaré hacerlo lo mejor posible. Siempre mi amor, siempre.

PD:Adivina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario